|·| Breve texto sobre el método de Betty Edwards |·|

Reexaminemos nuestras creencias tradicionales sobre el talento creativo. ¿Por qué asumimos que un raro y especial “talento” se requiere para dibujar? ¿Por qué no asumimos eso mismo para otras habilidades, “leer” por ejemplo?
¿Qué ocurre si creemos que sólo aquellos afortunados que tienen un don innato, una herencia genética para leer serán capaces de aprender a leer?
¿Qué ocurrirá si los profesores creyeran que la mejor forma de enseñar a leer es simplemente dar a los niños montones de materiales de lectura para que los manipulen y ver qué ocurre? Ese profesor nunca interferirá con los intentos espontáneos de este niño por leer por miedo a destruir su “creatividad lectora”. Si un niño pregunta “¿Cómo se lee esto?” el profesor responderá, “¡simplemente sé libre, haz lo que te venga en el momento! ¡Usa tu imaginación y disfruta! ¡Leer es divertido!”.

Después, el profesor observará qué niño muestra “talento” para leer, y no va a enseñar a leer si el niño no tiene “talento”, porque si no tiene, no le van a valer las lecciones…

Es fácil ver que si se diera esta situación sólo aprenderían a leer 3 ó 4 niños de una clase de 25. Serían señalados como con “talento” para leer, y alguien podría comentar: “ya sabes, la madre de Sally es buena leyendo. Sally probablemente lo ha heredado de ella”. “Billy es bueno en lectura. Su familia es bastante lectora, ya sabes, lo lleva en los genes”. Mientras el resto de los niños crecerán creyendo que no pueden leer y que no tienen “talento” y que nunca lo tendrán…
Lo que he descrito es más o menos lo que ocurre con el dibujo.  Seguramente, si el concepto de talento fuera usado como barrera para aprender a leer tanto como es usado para aprender a dibujar, los padres pondrían el grito en el cielo y protestarían en masa.
Pero, por alguna razón, mucha gente, padres, madres y estudiantes aceptan el veredicto:”sin talento para el dibujo” dócilmente y asienten con tristeza.
Esta situación pasa del colegio al instituto y a las clases de arte. Allí los estudiantes, ya nerviosos, y preocupados porque sus habilidades para el dibujo son pocas y tienen miedo de no tener talento o quizás se enfrenten a un profesor que el primer día empieza con:” ¡bien, aquí está este bodegón, dibujadlo!”. Con la amenaza implícita…. “y veremos quién de vosotros se quedará en esta clase….”

Algo comparable sería que fuéramos a una clase de francés y para empezar nos dijeran:”Venga ¡a hablar francés!”, con la amenaza implícita….” Y si no sabéis no deberíais quedaros”… Muy pocos estudiantes aguantarían eso. Y aún así los estudiantes de ARTE no ponen objeciones a esta actitud a no ser enseñados, a no recibir instrucciones…. Como con seguridad harían con otras materias. Quizás porque se sienten fatal (incluso culpables) de no tener “talento para el dibujo”.